La Princesa de Oriente contra el Árbol Siempreverde

El segundo día de estar allí ya estaban por todas partes, con sus gráciles alas blancas desplegadas como una capa de seda. Tenían predilección por las sombrillas de la terraza: en una de ellas conté, discretamente posadas, 23 ejemplares. Nunca antes había visto aquella mariposa.

Davidacho, el mejor taxónomo que conozco y al que siempre acudo cuando tengo dudas sobre algún bichejo, me dio la solución vía WhatsApp: Cydalima perspectalis, también denominada con el nombre mucho menos misterioso de Polilla del Boj.  Luego, como buen friqui, busqué por internet y me enteré de que la mariposilla era una recién llegada a nuestra fauna desde China -o eso se cree-… y que estaba creando algún que otro problemilla.  

La terrible y bella Cydalima posada en una pared de color no menos terrible
Por cierto, que el boj (Buxus sempervirens, boix en catalán), ya que me lo preguntáis, es un arbolillo típico de la media montaña europea, que no pierde las hojas en invierno -de ahí su apellido en latín sempervirens: “siempre verde”- de madera densa y de muy buena calidad y que se ha utilizado tradicionalmente para hacer utensilios de cocina; casi seguro que en casa tenéis una cuchara de madera de este árbol.
En 2006 los primeros ejemplares de esta mariposa nocturna llegaron hasta Alemania en algún cargamento provinente del este de Asia.  En los años siguientes se extendió rápidamente por el resto de centroeuropa y Turquía y saltó a las Islas Británicas. En 2014 y 2016 se detecta en Galicia y la Cornisa Cantábrica y este verano de 2017 pues le hemos hecho fotos por los alrededores de Vilanova de Sau, en la provincia de Barcelona.

Sabiendo que afectaba las plantas de la familia del boj, durante los días que estuvimos en Vilanova anduve fijándome en los bojes de la zona y, vaya por Dios, las larvas de la mariposita blanca se estaban dando un buen festín tanto con los bojes de los jardines como con los arbolillos de esta especie que pueblan las montañas de Les Guilleries.  En algunos lugares, como los alrededores de la Riera Major, cerca del Pont de Malafogassa, había decenas de árboles muertos o muy afectados por el hambre de las larvas de la Cydalima.

Efectos iniciales de la acción de las larvas de Cydalima sobre bojes de un seto artificial. Con la plaga más avanzada el árbol puede estar completamente defoliado y cubierto de hilos de seda, como pudimos ver cerca del Pont de Malafogassa

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