Flores de verano (I)


Aunque a la mayoría de los habitantes de la Península Ibérica el clima mediterráneo nos parece el clima "normal", lo cierto es que este esquema climático del que disfrutamos se da en unos pocos puntos muy concretos del planeta (las tierras bañadas por el mare nostrum, las costas de California y Chile, el borde suroccidental de África y el sur de Australia). Una de las características principales de este clima es el poseer de dos a tres meses -los de verano- caracterizados por escasas o casi nulas precipitaciones; esta situación ha propiciado que la vegetación que encontramos en nuestros paseos por el monte se haya adaptado a estos meses de sed tan característicos de nuestras tierras: han estrechado sus hojas - en ocasiones hasta convertirse en punzones-, las han vuelto coriáceas o se han convertido en almacenes de agua. Este último caso es el del Crespinell blanc, también conocido como Raïm de sap o Uva de gato: sus hojas y tallo se han hinchado para almacenar el agua caída en el mes de mayo y ahora, en pleno julio, nos regalan una discreta floración en forma de estrella que el "macro" de la cámara permite disfrutar en su humilde esplendor.

Este Crespinell blanc en concreto responde al largo nombre científico de Sedum album subsp. micranthum (Bast.) DC y crece en condiciones que soportan muy pocas especies: suelos esqueléticos, pedregales intensamente soleados, grietas en la roca... y, por supuesto, ni una gotica de agua. Quitémonos el sombrero ante este prodigio de la supervivencia vegetal.

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