Flores de (abril y) mayo


Amapolas en  la Sierra de la Fontanella (Alicante)
Toda esta explosión de color y aromas que revienta en prados, cunetas, bosques y maquias, todo este prodigio de estructuras sutiles y complejas, diseñadas para ser captadas en diferentes longitudes de onda, todo este esfuerzo de miles de millones de pequeños seres vivos del reino vegetal, todo, absolutamente todo, está dedicado a los insectos. Quizá a algún ave y a un puñado de especies de pequeños mamíferos. Pero no está dedicado a nosotras. Las flores no lucen al sol por nosotras. A nosotras, quizás, nos dedican el misterio.

Fumarias, en primer plano, en los alrededores de Biar (Alicante)

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