Águila calva, ahí es nada


Este señor bicho lo conoce todo el mundo -sale hasta en el escudo de la perversa CIA- y nos sorprendió a mi hermano y a mí en Minnesota cuando íbamos de camino a The Raptor Center, un hospital veterinario especializado en rapaces que depende de la Universidad de aquella ciudad estadounidense. El ave estaba posada sobre un árbol, a unos 25 metros del suelo y sí, es tan grande como parece. Soportaba estoicamente una nevada con viento racheado y se dejó fotografiar sin mostrar gran interés por aquellos seres que, desde abajo, la miraban con un café en vaso de porexpán en la mano y la boca abierta.

Comentarios

Train ha dicho que…
El otro día ví de cerca un rebaño de cabras monteses de cerca, dando saltos increíbles de un risco al otro...¡ES INDESCRIPTIBLE LO QUE SENTÍ!igualito que en zoo vamos...
Emilio Martín Estudillo ha dicho que…
Las monteses son unos bichos increíbles. A mí me alucina el equilibrio que pueden llegar a desmostrar y su absoluta falta de vértigo!!También me llama la atención lo desapercibidas que pueden pasar... a lo mejor tienes una manada de ocho bichos a cien metros en un canchal y no las ves!